martes, 18 de septiembre de 2012

¡Feliz cumpleaños Uri!

¡Y si! Entrada express mientras estamos cocinando unos ricos espaguetis antes de irnos a la uni a ver una película en noruego -con subtítulos en inglés, por supuesto, si no ya la habremos fastidiado y escaparemos de esa jaulilla como ratoncillos asustados-

Y entrada express ¿por qué? Simplemente para desearle a uno de mis niños... ¡¡¡FELIZ URICUMPLEAÑOS, URI!!! Hoy si que si, hoy si que es EL uricumpleaños ¡tú cumpleaños! No sabes lo que me disgusta no poder estar allí en Barcelona para estirarte 21 veces de las orejas )': Pero bueno, supongo que alguno de mis niños se encargará por mi :D Bueno, ¡¡un besito muy muy grande desde el norte de Europa, Y FELIZ CUMPLEAÑOS!!


domingo, 9 de septiembre de 2012

¡Y llegamos! ¡Vamos que si llegamos!

Hei! (¿Habéis visto qué dominio del noruego tengo ya? jijiji)

Antes que nada, además de disculparme por el retraso de esta última entrada, agradecer a toda la gente que está leyendo este blog. Quieras o no me sorprende un montón que esperéis a que vaya subiendo una entrada ¡e incluso algunos me apremiéis y me repitáis mil veces que sea menos vaga y que me ponga a escribir algo! Es muy halagador personalmente la cantidad de buenas palabras que escucho o leo respecto a esto, y es por eso también que me sabe mal no subir más a menudo contenido en el blog. Aunque después os suba entradas kilométricas -hoy os depara una bastante larga, asumidlo-, creo que no estoy siendo tan constante como debería serlo, o como me planteé en un principio serlo, pero... ¡el lunes empezamos nuestra cuarta semana lectiva! ¡Si señores! Entre clases, lecturas, trabajos, ejercicios... lo que menos se me pasa por la cabeza es ponerme a escribir algo, y menos coherente y aunque lo intento, lo acabo desechando y enviándolo directamente a la papelera de reciclaje. ¡Pero hoy no! ¡Hoy he decidido no columpiarme más! Y como me he levantado un tanto ¿inspirada? ¿por qué no aprovecharlo?

Empecemos por el principio en si, por el principio de esta más que increíble -y personalmente estresante, dolorosa y desesperante- aventura. Hace dos semanas nos pasamos toda la semana preparando un viaje fuera, unos cuantos Erasmus y los friskies -Mariona, Jordi y servidora-, teníamos ese gusanillo de salir de Oslo por un par de días, lo que se dice "coger carretera y manta", aunque esta vez las carreteras estaban limitadas a un máximo de ¿80? -aunque no recuerdo haber visto NUNCA ninguna señal que no permitiera ir a tal velocidad, creo que la máxima fue ¿70, quizás?- y más que manta fueron sacos de dormir -aunque dormimos en una "cabaña" súper chula ¡por el precio de un bungalow de esos feos en el camping teníamos aquí una mini casa para nosotros solos!-.

La semana iba bien, iba bien hasta que justo el día antes del día "D", hora "H", surgiera un pequeeeeeño problema, una baja por enfermedad y un retraso/cancelación de vuelo. El día de antes, sobre las doce de la noche, aún no sabíamos si finalmente podríamos hacer nuestro viaje o bien nos quedaríamos en Oslo. Yo, como única pringada del grupo que tenía clase al día siguiente -viernes- estaba que no sabia que hacer, había preparado las bolsas, pero no fue hasta que llegué a casa que finalmente me comunicaron que si ¡¡¡qué nos íbamos!!! ¿A dónde?   ¡¡A Bergen!! Y pensaréis ¿sólo a Bergen? ¡claro qué no! ¿pero sabéis las ganas que tenía yo encima de pisar Bergen? ¡no os podéis hacer ni una pequeña idea! ¡ni la más mínima! Estaba enamorada de las fotos de todas las páginas web que había visitado, esas casitas de colores, esas calles principales cerca del muelle ¡agsfgfsgfgh! (no le busquéis sentido a esto último, no lo tiene, ¡es una explosión de felicidad! -como con los Chocapic-).

Tras empaquetar todas las cosas en los dos coches pusimos rumbo al camping de Rødal y después de casi siete horas de camino, pequeños altercados y ver como desde el termómetro alcanzábamos los 4ºC *¿Sabías qué...? El pasado 31 de Agosto fue el último día de verano ¡si, y anda que no lo notamos! Desde ese día es extraño que salgas con manga corta a la calle, incluso en Oslo Ciudad hace fresquíbiri ¡y por las noches ni os cuento!* , nos colocamos en las habitaciones, cenamos y a dormir ¡qué a la mañana siguiente tocaba madrugar! 


Ahora os voy a dejar un clip de audio para que os pongáis en situación, no os asustéis, es una canción muy bonita -aunque me guste mas a versión de Chiara Mastroianni-.



A la mañana siguiente, y bien tempranito... mi tortura, mi terror, mi paranoia... ese horrible lugar al cual llegue gracias únicamente a los ánimos que recibí de mis dos queridos friskies  -Jordi y Mariona-. Si, porque pese a encontrarme fatal, tuve la nefasta idea de embarcarme en esa excursión que nos duró casi 12 horas (seis ida y seis vuelta aproximadamente) ¿a donde? ¡¡A Trolltunga!! Qué si, que es precioso, las vistas son impresionantes, una pasada todo, pero la subida por esas escaleras del diablo... la subida principal por esas escaleras del diablo me mató, me mató no solo física, si no psicológicamente ¡¡estaba cagadísima de miedo!! Por bastante gente es conocido mi miedo a las alturas, un miedo irrefrenable que hace que toda yo empiece a temblar demasiado como para considerarlo "normal" pero el sábado me tuve que aguantar. O al menos, intentar que no me afectara tanto como me debería de afectar. Puedo jurar y perjurar que la peor parte fue esa, la subida -y después bajada- por esas vías que "colgaban al vacío" y de dónde únicamente te podías sostener mediante un cordel de esos de ¿alambre gordo? Vale... os he puesto más o menos en situación, y creo que redactaros la tortuosa subida no sería ni agradable para mi ni tampoco para vosotros, al menos si lo cuento yo desde mi punto de vista, solo agradecerles una vez mas a Mariona y a Jordi la paciencia infinita que tuvieron conmigo, si no es por ellos creo que sigo en mitad de esas escaleras después de que me hubiese dado un soponcio. ¡Incluso Mariona, trepando como un mono, rescató mi anorac que cayó entre las vías! -lo dicho, mis héroes del día - .
Trolltunga, 01/09/2012

Después de mi pesadilla personificada, y tras andar una media hora, nos encontramos con una de nuestras compañeras por el camino -no quiero decir lo que nos pareció eso, porque sinceramente sería malmeter, pero solo añado que nosotros no solemos dejar colgado a nadie por eso nos pareció la mar de feo el gesto de dejarla atrás que tuvo el primer grupo de compañeros-. Así que tras recomponernos un poco, finalmente seguimos hacia adelante y sin descanso -bueno, si que hubo descansos si no nos da un algo en mitad del camino-. Como he dicho antes, el tiempo aquí parece estar loco, había momentos en los que necesitabas el anorac, otros en los que podías ir en manga corta y después cuando llegamos lo que queríamos era desesperadamente dieciséis abrigos de plumón encima de nosotros ¡pero qué rasca que hacía en la piedra de las narices! Aunque una cosa no negaré en la vida... ¡¡¡QUÉ VISTAS!!! Preciosas, verdaderamente preciosas, creo que la sensación de plenitud -además de la alegría y la fuerza que nos dio al llegar y saber que habíamos alcanzado nuestro destino- es impresionante. Era callarte y no escuchar absolutamente nada, era caminar y solo escuchar tu respiración y tus pasos sobre los charcos, las piedras, el barro... todo era muy... muy MUY. No hay palabras para describir como de bien te puedes llegar a sentir cuando te ves tan realizada, cuando ves que después de ese "¡Tu aquí no te quedas!" que me soltaron en mitad de las escaleras, habrían los ánimos suficientes como para llegar a nuestro destino... y volver ¡porque si señores! Solo habíamos llegado a mitad del trayecto ¡quedaba la vuelta! Aunque personalmente se me hizo menos dura, más amena, quizás más llevadero por la sensación de saber que había llegado pese a querer tirar la toalla al principio ¡¡SOY FUERTE!! Mejor dicho... ¡¡SOMOS FUERTES CHICOS!! La bajada de las escaleras si que fue mi película de miedo personificada, pero gracias a las charlas por el camino se hizo más ameno, pensé menos y pese a que tuve que pararme unas cuantas veces para que se me parara el tembleque de las piernas, conseguí llegar al coche ¡yuhu!
Bergen, vía:blogs.lainformacion.com


Después de llegar a casa, ducharnos y cambiarnos, nuestros compis nos habían preparado una cena mejcana, o algo así... la cuestión es que cenamos burritos de pollo. Y si, chicos, me acordé un montón de vosotros, de nuestras cenas a las tres de la mañana mientras esperábamos a que se hiciese la cebolla para ponerla en las fajitas, a las aglomeraciones en la cocina y también los platos rotos de Uri que dejaban todo el suelo manchado de salsa picante. Hay momentos en que incluso os imaginaba sentados en la mesa, es una pasada que finalmente haya podido hablar esta semana con casi todos vosotros, echaba de menos escuchar vuestras voces, porque aunque se que odiáis estas ñoñerías que os suelto, yo soy así, ñoñas toda yo y os echo en falta también a vosotros puentes .

Y al día siguiente... ¡¡BERGEN!! -y yo medio pocha y con la espalda/riñones/loquenosonriñones hechos trizas ¡y no hablo de agujetas! De esas tenía, ¡y muchas! pero las hubiese soportado mejor sin lo anteriormente mencionado-. ¡Qué ilusión que me hacía esa parada y qué mal me supo encontrarme así como me encontraba! Aunque disfruté y me empapé de todo lo que pude por los rinconcitos que visitamos de esta bonita ciudad. Subimos a mirador, nos hicimos un montón de fotos y luego visitamos las casitas de colores tan bonitas que siempre me habían llamado tanto la atención en las fotografías. Después de eso compramos salmón en el mercado ¿y a que no sabéis quién nos atendió? ¿Poseidón? ¡No! ¡¡Otro catalán!! Lo que yo os diga, estamos bajo las piedras... pero claro, hablando hablando nos llevamos la mejor parte del salmón y con descuento -¡toma castaña!-.


Y a las cuatro nos volvimos a Oslo, tras horas de viaje a las once y media de la noche por fin pisaba casita y me metía en la cama para dar por concluido el viaje de fin de semana. Al día siguiente estaba horrorosamente mal, que conste, pero a la clase de noruego tuve que asistir. Pero eso ya es chicha para otra parrilla, o tema para otra entrada, como lo queráis ver. Dentro de poco os hablaré de nuestras mejorías con el noruego y nuestros intentos de no parecer muy tontos pronunciando la ø, la æ, la å y derivados.

Así que, después de tres días de colapso a la hora de escribir, por fin he finalizado con el fin de semana pasado, por suerte esta semana no hemos tenido mucho movimiento, los cursos de noruego o la "pasta friday" son lo más relevante, pero como SE que tendré la posibilidad de volveros a hablar de ellos, pues lo dejo para otro día.

¡Nos leemos!
Roser