¡Uy, cuanta nube!

Hei!

Escribiendo ya desde la residencia en Noruega. Antes de ayer finalmente conseguí instalar el router -YO, si YO, la súper negada para estas cosas- y ahora mismo puedo decir que estoy conectada finalmente con el ¿mundo real? jajaja bueno, de todos modos, dije que no iba a dejar esto colgado y no lo haré ¡y menos con las primeras impresiones de este país! Sin duda alguna han sido más que positivas, pero empecemos por el principio, por supuesto.

¿Primera impresión de Noruega? "¡Uy, cuanta nube!" Fue que el avión empezara a descender y pasar de un solarro que te morías a través de las ventanillas a un cielo encapotado y gris. ¿Pero sabéis qué? ¡Me encantó! En si siempre me había imaginado Noruega así, nublado, con resquicios de sol de vez en cuando, así que fue bajar y que me impactara ese airecillo fresquito y ser la persona más feliz del mundo.

Mi primer reto... ¡¡llamar por teléfono!! Mirad, estaba de un nervioso que no es normal, suerte que aquí todos hablan un inglés apabullante y es sencillísimo entenderlos, aunque yo sigo pensando que hablo como un indio tamahawk (·_____·) y que no se ríen de mi por lo inmensamente educados que son por aquí. Porque si, no os podéis llegar a imaginar lo agradables, majos y risueños que son estos noruegos -excepto la del IKEA y la tía del museo vikingo ¬¬-. Cogimos el coche y después de finalmente descubrir que tenía un sistema de seguridad que lo arrancaba después de presionar el embrague, pusimos rumbo a la residencia... ¡muerte y destrucción! ¡¡¡Las carreteras son horribles!!! Y no por la circulación o el estado de las mismas... ¡las indicaciones son horrendas! No exagero si digo que hemos andado más perdidos por las carreteras de Oslo que por sus calles, pero es que por suerte, gracias al coche no tenemos el límite horario que hay en algunos transportes.

Después de preguntar veinte mil veces por la residencia -¡qué gente más maja, de verdad!-, finalmente salgo del coche y le pregunto a un chico -¿sabéis el mito de los chicos noruegos? bien, puedo decir que no es en absoluto un mito *O* ¡qué guapos todos, por favor!-, ¡y me dice que estoy ahí mismo! Me dice si soy española -creo que se me debe de notar un montón cuando hablo. No, corrijo. Se me nota SEGURO- y vamos, al final acabaron ayudándome, él y su amigo -ahora su amigo es mi vecino de resi xD-, a contactar con el servicio de seguridad para que me trajeran la llave y pudiese entrar. ¡El guardia de seguridad! OMG!!, sin palabras, además de guapo, majetón y gracioso. De verdad, excepto la del IKEA y una que me he encontrado hoy que vendía los tickets de el museo vikingo, todos me han resultado inmensamente majos. Creo que quizás es porque en comparación con muchos españoles cascarrabias que te refunfuñan cuando te desestabilizas y te chocas contra ellos, estos simplemente te sonríen y te preguntan si estás bien. Sé que las comparaciones dan asco -y yo soy la primera que las odia-, pero aquí hay un civismo que en España hace más falta. Y aquí hace falta unas indicaciones en las carreteras como en España -todo hay que decirlo-.

Bueno, así que me instalé y al día siguiente, después de desayunar en una panadería que tengo a unos metros de aquí -un sándwich súper rico del que me estoy plagiando estos días porque es sencillo y está muy bueno- fuimos al IKEA -después de dar quinientas vueltas nuevamente con el coche- a comprar cosas para la habitación -que ni almohada tenía-, después al supermercado y, tras un día de ajetreo, a dormir.

*Inciso:  Después del cachondeo con el "Uten Ust" -sin queso- que nos llevábamos trayendo desde hace unas semanas, la primera palabra en noruego que utilicé fue ust -queso-, ¡incluso antes que el takk -gracias-! Para pedir el sándwich de por la mañana :3 *

Al día siguiente volvimos a Oslo -más vueltas por las carreteras y más dolores de cabeza por la mala señalización-, preguntamos por lugares de interés y nos ofrecieron un tour por Oslo en autobús que no cogimos porque teníamos el coche mal aparcado *¿Sabías qué?:  En el centro de la ciudad de Oslo, se ha querido reducir el tráfico de automóviles, y es por eso, que los parquímetros en el exterior son únicamente de treinta minutos y los párquines cubiertos son relativamente caros (36 kr. /30min.)* y no nos permitía hacer el tour entero. Así que decidimos...tachán-tachán ¡¡¡Visitar el Munch Museet!!! ¡¡VI "EL GRITO"!! Uno de mis cuadros favoritos :D ¡me hizo tantísima ilusión! Pero también me quedé fascinada con las litografías y sobretodo con los cuadros de la vampiresa pelirroja. Munch rules!!

"El Grito" de Edvard Munch

También dimos un paseo por el jardín Botánico y luego volvimos a la residencia -esta vez sí que acabamos desquiciados de las nefastas indicaciones y de las obras y carreteras cortadas- después de casi dos horas de trayecto en un camino que se haría en quince minutos v______v". Duchita, cena, unas partiditas al Otello -con apabullante victoria de Roser jiiiiijijijiji- y a dormir que hoy teníamos que madrugar.

Y hoy, después del "madrugón", hemos conseguido guardar el coche en un parquin *cofcofsabladacofcof* y nos hemos enfrascado en una preciosa ruta por Oslo. Desde la Opera hasta el City Hall y deteniéndonos a dar un paseo por el hermoso "Vigeland Sculpture Park", lleno de estatuas de lo más bonitas y más extrañas. Me ha gustado muchísimo, todo súper verde y bien cuidado, aunque las rosas no parecían rosas pese a oler muy bien -pero yo que soy una apañá de la vida, he intentado hacerles fotos chachis ô___ô jiiiijijiji-. Luego hemos vuelto a coger el autobús y hemos cogido el coche para ir al museo marítimo y al museo vikingo -¿hace falta repetir que es donde me he encontrado a la segunda noruega borde? ¬3¬-. Aunque me han gustado, sigo prefiriendo el parque de las estatuas a los dos museos, ¡es que me ha gustado un montón! Y no paraba de pensar en cómo se vería en invierno todo nevado...

Vigeland Sculpture Park, Oslo.

Y bueno, después de este ajetreado, largo y cansado día, aquí estoy acabando de escribir esta entrada -bastante larga- de estos casi cuatro días de residencia noruega. Primeras impresiones positivas quitando lo de las señalizaciones en las carreteras; gente agradable, un lugar precioso, hace fresquito -pero no mucho por ahora-, noruegos guapos, la gente viste con ropa MUY informal y tengo la uni a 10 minutos de casa -¡toma castaña!-.

Muchos saludos desde Oslo,

¡Nos leemos!

Roser